Hoy hablamos de la Queratosis Actínica, contamos con la colaboración del Dr. Carlos Morales, especialista en dermatología clínica y estética en Madrid.
El Dr. Morales, compagina su actividad clínica e investigadora en el Hospital Universitario Ramón y Cajal y en Grupo de Dermatología Pedro Jaén. Miembro de la Academia Española de Dermatología (AEDV), de la Academia Europea de Dermatología (EADV), de la International Dermoscopy Society (IDS) y del Ilustre Colegio de Médicos de Madrid (ICOMEM).
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Qué es la Queratosis Actínica
Las queratosis actínicas son lesiones cutáneas en forma de manchas y placas finas de color rosado y rojizo que presentan escamas amarillentas en su superficie. Tienen un tacto áspero y rugoso, localizándose en zonas de exposición solar crónica como la cara, cuero cabelludo, antebrazos y escote.
Se producen cuando las células que forman la capa más superficial de la piel pierden su capacidad de reparación y crecen de forma anómala. Esto es debido al daño que produce la radiación ultravioleta de forma crónica, sobre todo en personas con fototipos claros.
Si bien siempre se han considerado como lesiones premalignas (con riesgo a poder convertirse en cáncer cutáneo) hoy día se consideran una forma superficial e inicial de cáncer de piel. Aunque el riesgo de progresión de la queratosis actínica a un verdadero cáncer cutáneo con capacidad invasora es bajo, entorno al 1% anual, se recomienda tratar las mismas para prevenir este hecho.
Cuidados para la Queratosis Actínica
Existen multitud de técnicas para su tratamiento que va a depender del número de lesiones y de su localización. Los más usados son la crioterapia con nitrógeno líquido, tratamientos tópicos y terapia fotodinámica.
Para prevenir las queratosis actínicas es necesario una adecuada
protección solar, no sólo durante los meses estivales sino también durante todo el año en las zonas corporales expuestas, generalmente cara, cuero cabelludo, escote y antebrazos.