¿Qué son los fototipos?
¿Cuántas veces hemos comentado lo pálida que es nuestra piel o lo oscuro que es nuestro cabello? Seguro que más de dos o tres. Todos tenemos una tonalidad de piel diferente, lo cual influye directamente en nuestra capacidad para asimilar la radiación solar. Dicha facultad se conoce con el nombre de fototipo. Existen diferentes escalas de fototipos, pero una de las más utilizadas es la de Fitzpatrick. Ésta se divide en seis niveles:
Fototipos y tipos de piel
La piel se clasifica según su resistencia a la luz solar, en seis fototipos dependiendo del tipo que seas, tendrás que utilizar un fotoprotector u otro.
Fototipo I
Se caracteriza por piel muy pálida, con pecas, propia de las personas pelirrojas o de cabello muy rubio. Presentan un sistema para fabricar melanina más lento de lo normal, haciendo que ese mecanismo de defensa que es el bronceado sea prácticamente nulo.
Son pieles que se queman con facilidad y apenas se broncean. Precisamente por esa incapacidad para broncearse son pieles que, buscando el bronceado, tienden a pasar más tiempo expuestos al sol pudiendo sufrir reacciones fotoalérgicas. A este tiempo de pieles se les recomienda exponerse de forma moderada al sol y siempre con fotoprotección muy alta y a ser posible complementada con un fotoprotector oral que ayude a reforzar su piel.
Fototipo II
Es muy similar al fototipo I. Estas personas suelen tener la piel blanca, sensible al sol y son habitualmente rubios y de ojos claros. Por sus semejanzas con el fototipo I, como son la dificultad para broncearse y la facilidad para quemarse y sufrir reacciones fotoalérgicas, se les recomienda utilizar siempre factores de protección muy altos y complementarlos con fotoprotección oral.
Las personas con pieles de fototipo I y II deben ser muy estrictas con el cuidado de su piel tanto en verano como en invierno. Ya sabéis que la piel tiene memoria y una sucesión de quemaduras durante años puede llevar a un problema serio en el futuro.
Deben evitar las peores horas de sol y no centrarse sólo en la fotoprotección tópica y oral, cubrirse con prendas ligeras, sombreros, gafas de sol y no sólo para ir a la playa, también si practican un deporte o actividad al aire libre.
Fototipo III
Es el fototipo más común entre la población mediterránea. Tono de piel ligeramente moreno, pelo castaño y ojos claros verdes o marrones. Este tipo de pieles tienden a quemarse inicialmente, pero con una exposición al sol gradual consiguen broncearse. Cuando la exposición al sol va a ser muy intensa, o en esos primeros días de playa o piscina, es recomendable que utilicen factores de protección muy altos o altos, pudiendo reducirlos a posteriori (en Heliocare no recomendamos que sean factores menores de SPF 30) si la exposición va a ser moderada una vez están bronceados.
Fototipo IV
Piel más bien morena que se broncea con facilidad y es difícil que se queme. Pelo castaño, moreno o negro y ojos marrones oscuros.
Para estas pieles un factor de protección solar medio sería suficiente. No obstante, en casos de exposición solar intensa se recomienda que utilicen factores de protección altos para evitar que su piel llegue a quemarse o sufra otros daños que no se ven de forma inmediata y que aparecen más a largo plazo.
Fototipo V
Piel morena, más que el fototipo IV, nunca se quema. De pelo castaño oscuro, negro y ojos oscuros. Tienen mayor concentración de melanina que hace a la piel más fuerte, más resistente a los rayos UV. Muy similares a los fototipos IV es difícil que se queme y se broncea con mucha facilidad y de forma intensa por lo que un factor medio sería suficiente.
Fototipo VI
Nunca se quema, piel muy oscura (tradicionalmente llamada “piel negra”). Ojos negros o marrones oscuros y pelo negro. La piel seca, las manchas, el fotoenvejecimiento suele ser común en estas personas si no se cuidan. Para ellos, como para las pieles blancas normales, el bronceado de hoy es la arruga del mañana.
A pesar de su dificultad para quemarse y esa mayor resistencia al sol estas pieles no están exentas de utilizar protección pues como bien sabemos los efectos dañinos del sol van más allá de las quemaduras. Se recomienda que utilicen al menos una protección media.
Además de los fototipos hay otras cuestiones que se valoran a la hora de escoger el fotoprotector como son tipo de piel (seca, grasa…) o necesidad (protección en casos de melasma, cicatrices, como prevención del fotoenvejecimiento, etc.).
Después de leer esto, posiblemente vayas corriendo a un espejo a observar la tonalidad de tu piel o hagas memoria e intentes recordar cuántas veces te has quemado en los últimos cinco años. Y si estás con alguien, podrás colocar el brazo junto al suyo. Lo cierto es que cada piel es distinta, pero hay algunos indicadores que nos darán algunas pistas para calcular nuestro fototipo y poder elegir así el fotoprotector más adecuado, como son el color del cabello o la cantidad de pecas, además de la tonalidad de la piel.
Como podéis observar existen recomendaciones para todos los tipos de piel, por lo que es necesario utilizar la protección solar adecuada.