Hiperpigmentación en la piel: por qué se produce y cómo evitarla
La melanina es un pigmento natural que da color a la piel, el cabello y los ojos. Su función principal es proteger contra el efecto dañino de los rayos ultravioleta (UV) de la luz solar. Podría decirse que es como un filtro que absorbe esta radiación. Se sintetiza gracias a la actividad de unas células llamadas melanocitos, que se encuentran en las capas más profundas de la epidermis.
La coloración del rostro de una persona depende de la cantidad de melanina que produzca. Es decir, las personas con la piel muy blanca generan muy poca melanina, en comparación con las personas con la piel más oscura que producen más cantidad de este pigmento.
La melanina es un pigmento natural que protege a la piel del efecto dañino de la radiación solar.
En el caso del bronceado, este se produce por una estimulación de la síntesis de melanina en los melanocitos debido a la acción de la radiación solar sobre la piel.
La pigmentación se produce tanto por una estimulación de síntesis de melanina como por una oxidación de la melanina existente. Las principales radiaciones que intervienen en este proceso son la UVA y la visible.
Además de la acción solar, hay otros agentes dañinos que estimulan la producción de la melanina. Uno de ellos, todavía es un desconocido para el gran público, pero no por ello menos importante: la luz azul. Este tipo de luz visible, generada también por las bombillas LED y las pantallas de los dispositivos electrónicos, estimula la sobreproducción de melanina, lo que se traduce en manchas en la piel.
También hay otros factores como el paso del tiempo, los cambios hormonales (por ejemplo, durante el embarazo), el tabaco o el uso de algunos medicamentos, que alteran la actividad de los melanocitos y, por lo tanto, la coloración de la piel.
Trastornos de pigmentación
La melanina suele distribuirse en la piel de forma uniforme. Cuando se acumula en determinadas zonas se producen los trastornos de hiperpigmentación. Estos son algunos de los más comunes y sus causas.
Lentigos solares
Son manchas pequeñas, redondas y planas, asociadas con la edad. Su aparición se debe a la exposición al sol a lo largo del tiempo. Normalmente, aparecen en las zonas más expuestas como la cara, el cuello, el escote o las manos. Suelen afectar especialmente a las personas con la piel más blanca, a partir de los cincuenta años.
Melasma
Es una alteración del número y proliferación de los melanocitos que produce grandes áreas de hiperpigmentación, sobre todo en la cara. Es más habitual en las mujeres y suele producirse por un aumento de la producción de melanina, asociada a la acción del sol y a los cambios hormonales. Por ello, suele originarse especialmente durante el embarazo o debido al uso de anticonceptivos orales.
Hiperpigmentación post-inflamatoria
En este caso, el aumento de la melanina se produce debido a la cicatrización de la piel tras una lesión cutánea o una inflamación. Normalmente las manchas que aparecen por esta causa suelen ser rojas, marrones o negras, en función del tono de la piel y de la profundidad de la lesión. Dichas manchas llegan a permanecer visibles durante mucho tiempo, incluso cuando la lesión ya ha cicatrizado. Además, la acción de la radiación solar puede oscurecer aún más la piel afectada.
Cómo prevenir la hiperpigmentación
Para evitar la aparición de trastornos de hiperpigmentación es importante llevar a cabo los siguientes pasos.
Fotoprotección
Es fundamental para prevenir la aparición de manchas en la piel. Debe llevarse a cabo durante todo el año, no solo en verano, y tanto en el exterior como en interiores, donde la luz azul está presente. Para protegerse correctamente hay que utilizar un fotoprotector de amplio espectro con un factor de protección (SPF) alto, a partir de 50, y reaplicarlo las veces que sea necesario.
A la hora de elegir el producto, conviene, para mayor comodidad, que su textura sea fluida, de rápida absorción y resistente al agua. En cuanto a la ropa, es preferible utilizar prendas con mangas largas, gorras o sombreros y gafas de sol, siempre que sea posible.
Las personas preocupadas por la hiperpigmentación deben utilizar fotoprotección a diario y productos con activos despigmentantes.
Cuidados de la piel
En la rutina de cuidados faciales, las personas preocupadas por las manchas en la piel deben utilizar productos con activos despigmentantes, antioxidantes y exfoliantes. Estos productos suelen presentarse en diferentes texturas para adaptarse a todos los tipos de piel. Hay activos tópicos que han demostrado su efectividad a la hora de prevenir y tratar las manchas como la niacinamida y el ácido elágico, entre otros.
Nutrición
Los expertos aconsejan añadir a la dieta complementos nutricionales que potencien la acción de los productos despigmentantes. Dichos complementos deben incluir potentes antioxidantes. Estas sustancias refuerzan las defensas naturales del organismo, neutralizan la acción de los radicales libres y previenen la aparición de manchas.