Glándulas sebáceas y piel grasa: fotoprotección y cuidados específicos
Las glándulas sebáceas se sitúan en la dermis y están compuestas por células llenas de lípidos. Su función es la de sintetizar el sebo, una sustancia producida por los lípidos que tiene como función hidratar la piel, aportarle los antioxidantes que necesita y protegerla de los gérmenes. Un exceso de esta sustancia puede causar problemas en la piel y debe ser tratado con cuidados dermatológicos específicos.
Las glándulas sebáceas se encuentran cerca de cada folículo piloso, que es el hueco o abertura en la superficie de la piel a través de la que crece el pelo. Están repartidas por toda la piel, excepto en las palmas de las manos y las plantas de los pies, y cambian de tamaño y número según donde se encuentren. Por ejemplo, en la cara y en el cuero cabelludo son más grandes y numerosas que en el tronco.
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Glándulas sebáceas y exceso de grasa
Cuando las glándulas sebáceas producen un exceso de sebo pueden aparecer acné, piel grasa y brillos, que muchas veces resultan incómodos y son una fuente de preocupación para la persona que los sufre. Pero ¿por qué se produce este desequilibrio?
Las hormonas denominadas andrógenos son las responsables del desarrollo de las glándulas sebáceas. Durante la adolescencia, el cuerpo produce un exceso de dichas hormonas, lo que estimula la producción del sebo en las glándulas. El acné se origina cuando los folículos pilosos quedan taponados por el exceso de grasa y de células cutáneas muertas, generando granos y puntos negros, sobre todo en la cara, el pecho, la parte superior de la espalda y los hombros.
Este problema puede repetirse en diferentes etapas de la vida debido a varios factores. Uno de los principales es la genética, pero también existen otros como el estrés, los cambios hormonales o el tabaquismo que pueden agravar el problema. No está clara la relación de la dieta con un exceso de grasa cutánea, aunque hay estudios que sugieren que los alimentos con mayor índice de glucosa, como los dulces, pueden estar implicados en la aparición del temido acné. Lo que sí está claro es que la piel requiere una alimentación rica en vitaminas, minerales y ácidos grasos.
Las personas con exceso de grasa cutánea tienen que seguir una rutina diaria de cuidados faciales y corporales que les ayuden a combatir los efectos de las glándulas sebáceas hiperactivas y a mantener la piel hidratada. En dicha rutina hay que tener en cuenta estos factores:
Protección solar para piel grasa
El sol puede provocar la deshidratación cutánea, lo que conlleva que las glándulas sebáceas generen una producción excesiva de grasa. La sequedad de la piel hace que las células de la superficie dérmica se endurezcan (lo que se conoce como queratinización) e impidan el proceso natural por el que las células muertas se desprenden de la piel y se elimina el sebo a través de los poros. Además, la producción de sudor, junto a la degradación de la superficie cutánea, produce un entorno que favorece la propagación de las bacterias asociadas al acné. La consecuencia de este proceso es la aparición de comedones (las características protuberancias causadas por el acné).
A la hora de exponerse al sol, las personas con este tipo de piel necesitan usar productos de fotoprotección facial que les ayuden a mantener la hidratación cutánea, con una protección de al menos FPS 50.
Productos para piel grasa
Los productos dermatológicos para personas con la piel grasa deben cumplir estos tres puntos:
- No comedogénico: hay productos cosméticos que taponan los poros y que incluso pueden resultar agresivos y producir sequedad cutánea. Las personas con un exceso de sebo en la piel deben utilizar productos que no obstruyan los poros y no produzcan comedones.
- Seborregulador: los tratamientos deben tener capacidad para controlar la grasa en la piel y cicatrizar y regular las inflamaciones.
- Antibacteriano: es necesario usar productos que tengan la propiedad de reducir la proliferación bacteriana.
Rutina facial para piel grasa
En cuanto a la rutina de cuidado de la piel, a la hora de aplicar un tratamiento facial, conviene hacerlo con suavidad, ya que cuanta más energía se ponga en eliminar el sebo, más va a producir el organismo para reponerlo. Es necesario limpiar la piel con delicadeza, sin irritarla, tanto por la mañana como por la noche. Este punto es importante porque si hay un exceso de higiene la piel se deshidratará y su capa protectora se eliminará, mientras que si se limpia poco los poros acabarán taponándose. Aunque muchas personas piensen que no les hace falta, es recomendable utilizar una crema hidratante formulada para piel grasa que ayude a mantener su nivel de hidratación necesario.
Es importante saber que si se está siguiendo un tratamiento médico para combatir el acné u otros problemas causados por el exceso de grasa cutánea, algunos de los ingredientes activos de los mismos pueden aumentar la sensibilidad de la piel ante los rayos UVA y UVB. Por lo tanto, conviene limitar el tiempo de exposición al sol, utilizar un factor de protección solar alto y aplicarlo las veces que sean necesarias sobre la piel, incluso cuando el día esté nublado.