El peeling químico

Nos gustaría terminar la semana dedicada al peeling facial profundizando un poco más en el tema, queremos que no os quede ninguna duda y podáis decir que lo sabéis todo o casi todo sobre este tratamiento de la piel.

Empecemos con un poco de historia. Aunque penséis que el peeling facial es una técnica moderna, nada más lejos de la realidad. Ya que desde el Antiguo Egipto se han utilizado métodos cuya finalidad era pelar la piel y mejorar así su aspecto.

¿Quién no ha oído hablar de los famosos baños de leche de Cleopatra? Pues el motivo de estos baños era que la leche fermentada contenía un alto nivel de ácido láctico capaz de suavizar la piel.

¿Y aquellos trucos caseros de nuestras abuelas? Que descubrieron cómo el ácido cítrico del limón era el instrumento más eficaz para hacer desaparecer manchas seniles y pecas.

Pero, como ya os contamos hace unas semanas es a finales del siglo XX, y gracias al Dr. Eugene Van Scott, de Filadelfia, pionero en la investigación del uso terapéutico de los Alfa-hidroxi-ácidos cuando a partir de este momento comienza la auténtica revolución del peeling con ácido glicólico.

¿Qué es un peeling químico facial?

Uno de los motivos de consulta más recurrente en dermatología es la ausencia de luminosidad y envejecimiento de la piel. Para el tratamiento en estos casos, el peeling químico es la solución ideal para eliminar pequeñas marcas de acné, manchas antiestéticas, así como poros dilatados o arrugas finas.

El peeling químico es un tratamiento dermatológico consistente en la aplicación por parte del especialista de diversas sustancias químicas sobre la piel con la finalidad de producir una exfoliación de las capas más o menos superficiales de la misma, y así favorecer la renovación cutánea. Esto trae como consecuencia un cambio sustancial en el aspecto y en la estructura de la piel.

¿Qué vamos a lograr con un peeling químico facial?

Pues bien, podemos mejorar de forma efectiva las imperfecciones cutáneas: líneas de expresión, arrugas, pigmentación irregular, cicatrices de acné, textura apagada, etc. Mediante la aplicación de las distintas sustancias químicas, se exfolia la piel eliminando células dañadas y estimulando la producción de células nuevas dando lugar a una piel regenerada.

Conviene aclarar que existen muchos tipos de peeling dependiendo del nivel de profundidad que queramos conseguir. Según el grado de penetración podemos dividirlos en superficiales, medios y profundos. Por ello es fundamental estar en manos de un dermatólogo para que valore cuál es el más adecuado para alcanzar los resultados que queremos conseguir y también en función de nuestro tipo de piel.

¿Cómo se realiza el peeling químico?

Para llevar a cabo el peeling químico, se necesita realizar una previa limpieza de la piel. A continuación, se procede a la aplicación de los agentes químicos en función de la tipología de piel, por ello el procedimiento se lleva a cabo por un dermatólogo que se asegure de la seguridad y efectividad del tratamiento.

En ocasiones, para las semanas previas, el especialista puede prescribir un tratamiento hidratante o despigmentante.

Durante el proceso, es normal sentir una ligera sensación de ardor, calor o picor por la aplicación del producto. Una vez finalizado el tratamiento, es común tener un enrojecimiento de la piel inmediato que se acompañará de una descamación durante los días posteriores.

Tipos de peeling químico

Para que entendáis los beneficios de los distintos tipos de peeling a continuación os detallamos brevemente en qué consisten cada uno de ellos:

• El peeling superficial: indicado para mejorar las arrugas finas y los problemas leves de acné. La ventaja es que podemos hacer vida normal tras el tratamiento solo nos dejará un ligero enrojecimiento que desaparece en unas horas.
• El peeling medio:ideal contra el fotoenvejecimiento y acompañado de cremas despigmentantes muy eficaz frente a las manchas. Aparece un enrojecimiento mayor y la descamación es más visible, desprendiéndose pieles secas durante algunos días.
• El peeling profundo:indicado para suavizar arrugas más marcadas, el fotoenvejecimiento de grado alto, el acné en su estado cicatricial y también las manchas. Con este tratamiento aparece un fuerte enrojecimiento durante 3 o 4 días y estamos pelando la piel por lo menos durante 7 o 10 días.

Ácidos más utilizados en el peeling químico

Existen varios tipos de ácidos utilizados en el procedimiento en función del tipo de piel.

Ácido glicólico

El ácido glicólico es un alfa hidroxiácido (AHA) de origen natural con un gran poder hidratante, exfoliante y regenerador. Actúa sobre las capas más profundas de la piel y por ello se utiliza para reparar pequeñas imperfecciones como arrugas o efectos dañinos del sol.

En concentraciones bajas, el ácido glicólico es muy recomendable para exfoliar la piel sin irritarla, mientras que, en concentraciones más elevadas, se utiliza para reducir los signos de la edad.

Ácido mandélico

Procedentes de las almendras amargas, el ácido mandélico es un alfa hidroxiácido más utilizado para hiperpigmentaciones y tratamientos de acné por su eficacia.

Con potencial antimicrobiano y antiséptico, es apto para pieles con rosácea o especialmente sensibles.

Ácido salicílico

Este agente está indicado tanto para una exfoliación superficial como para el tratamiento de espinillas o puntos negros. Además, esta técnica ayuda a preparar la piel para otros tratamientos más profundos.

El ácido salicílico se utiliza ampliamente en áreas como la dermatología, porque es capaz de promover la descamación de la piel y evitar la contaminación por bacterias y hongos.

Ácido tricloroacético (TCA)

Usado en peeling químico de media potencia en concentraciones del 11-35%. Es el agente químico más utilizado tras el ácido glicólico y su acción depende mucho de la concentración y el tiempo que se aplique.

Únicamente de uso médico, el TCA es una alternativa perfecta para el tratamiento de marcas, manchas y pequeñas arrugas.

Ácido azelaico

Este agente químico es ideal para peeling químico en pieles oscuras con fototipos 4,5 y 6 ya que evita cualquier pigmentación. Recomendable su uso en pieles grasas y con manchas.

Para terminar, nos gustaría hacer hincapié en lo importante que es consultar con un dermatólogo antes de someteros a algún tratamiento de peeling. Ya que es el especialista el que debe valorar cual es el más indicado para conseguir los objetivos propuestos.