Si hay una parte del cuerpo donde la piel es delicada y débil, es la cara, siempre expuesta a agentes externos que la van deteriorando: el frío, el viento, el sol, la contaminación, el tabaco…Esta semana en "Todo por tu piel" queremos compartir con tod@s vosotr@s algunos consejos básicos para cuidarla y mantenerla en perfectas condiciones.Como os decíamos la piel de la cara es particularmente sensible, sobre todo en determinadas zonas, como labios o contorno de los ojos, donde es frágil y especialmente fina, hasta cinco veces más que la del resto de la cara, además de poseer menos colágeno y elastina.Para empezar a cuidarnos, lo primero es conocernos, esto es clave. Hagamos un breve repaso por los distintos tipos de piel y sus principales características:
- Piel normal: es el tipo de piel ideal, el que todos desearíamos tener. Bien hidratada, equilibrada pero sobre todo en buenas condiciones como barrera protectora.
- Piel sensible: reacciona intensamente y resulta dañada con facilidad por factores externos y alérgenos debido a que tiene debilitada su función protectora.
- Piel grasa: se caracteriza por el exceso de grasa o sebo producida por las glándulas sebáceas que favorece la aparición de comedones lo que todos conocemos como espinillas.
- Piel seca: de aspecto apagado y sin vida, a este tipo de piel le falta hidratación, tiene tendencia a la aparición de arrugas.
- Piel mixta: una de las más complicadas de cuidar ya que presenta dos tipos, seca y grasa. Leve exceso de grasa en la zona T (frente, nariz y mentón) y más seca en pómulos y mejillas.
- Limpieza: es la base para mantener una piel saludable y más receptiva a los tratamientos posteriores. Obligatorio limpiarse la cara al menos dos veces al día, mañana y noche.
- Hidratación: la piel tiene su propio mecanismo de hidratación natural que nos protege de agresiones externas pero no es suficiente y debemos aportar una ayuda extra. Una crema hidratante que se adapte a nuestras características que evite la sequedad y las arrugas. Debemos aplicarla tras la limpieza.
- Protección: Utiliza siempre protector solar tanto en verano como en invierno. Debemos recordar que aunque la radiación UVB es más intensa en verano y es la responsable de la quemadura solar, la UVA, está presente los 365 días del año, y sus efectos son a largo plazo.
- Nutrición: Una dieta sana y rica en ácidos grasos esenciales como el omega-3 presente en el pescado azul o en los vegetales de hoja verde y la ingesta de nutrientes con funciones antioxidantes como son las vitaminas A, C y E favorecen la regeneración celular y la producción de colágeno.