Un sistema inmune en buen estado puede contribuir a optimizar la respuesta de la vacunación

Este año, la campaña de vacunación de la gripe llega con más fuerza que nunca. La coincidencia en el tiempo con la pandemia de la Covid-19 hace especialmente importante que la población más vulnerable se vacune durante estas semanas según recomiendan las autoridades sanitarias y la OMS.

(De este modo se pueden reducir las complicaciones derivadas por ambas enfermedades, así como evitar la sobrecarga del sistema sanitario). En la campaña antigripal 2019-2020, la vacunación frente a la gripe evitó en la población mayor de 65 años, según el Ministerio de Sanidad, un 26% de hospitalizaciones y un 40% de ingresos en las UCI. Pese a todo, más de 600.000 pacientes acudieron a centros de Atención Primaria y 27.000 ingresaron en hospitales por gripe. Por esta razón, se espera que la tasa de vacunación para la campaña antigripal 2020-2021 pase del 55% de inviernos anteriores al 75%.

La vacunación es una herramienta eficaz y segura para prevenir la gripe y sus complicaciones

La gripe es un importante problema de salud por la alta mortalidad que provoca y por las complicaciones y costes económicos y sociales que origina. La vacunación es una herramienta eficaz y segura para prevenir la gripe y sus complicaciones. Desde la OMS se hace hincapié en la recomendación de la vacuna antigripal en grupos concretos: personal sanitario, personas mayores de 50 años, mujeres embarazadas, niños menores de 5 años y personas que presentan un alto riesgo de complicaciones derivadas de la gripe.

¿CÓMO ACTÚA LA VACUNA?

Su acción consiste en generar inmunidad contra los virus de la gripe, estimulando la producción de anticuerpos tras su aplicación. Al inyectar el preparado, este interactúa con el sistema inmune y provoca una respuesta inmunitaria similar a la de nuestro organismo ante las infecciones naturales, pero sin llegar a causar la enfermedad. En este caso, las autoridades sanitarias solo advierten de la posibilidad de que aparezca molestia en el lugar de la inyección y, en todo caso, fiebre o dolor muscular entre las seis horas posteriores y hasta dos días después y rara vez interfieren con la vida normal de las personas vacunadas. La vacuna es segura y eficaz y proporciona una inmunidad superior a la que ofrecen las infecciones naturales.

SISTEMA INMUNE A PUNTO Y EN FORMA

Cuando nuestro organismo detecta un patógeno – (podríamos considerar la vacuna como tal)- se pone en marcha el sistema inmune, nuestra armadura frente las agresiones externas. Para ello se desencadenan dos tipos de respuesta: la innata (rápida e inespecífica) y la adaptativa (más lenta, pero específica frente a cada ataque).

Hasta hace poco se pensaba que solo esta última presentaba memoria, pero los estudios más recientes han demostrado que la inmunidad innata también presenta memoria, lo que se denomina inmunidad entrenada . Si ambas respuestas están en forma, nuestro sistema inmune también lo estará y la reacción ante un desafío infeccioso será aún más rápida y ajustada. Este año es especialmente importante que nuestro sistema inmune se encuentre en las mejores condiciones ya que un sistema inmune en buen estado puede contribuir a optimizar la eficacia de la vacuna.