El Sol puede modificar el material genético del cuerpo

El ADN (Ácido desoxirribonucleico) es el encargado de contener las instrucciones del funcionamiento de todos y cada uno de los organismos de nuestro cuerpo. Las células del cuerpo se forman gracias a la información que posee el ADN y, por lo tanto, un error en esa información provoca la creación de células con una estructura diferente a la que deberían poseer.

En otras ocasiones hemos contado algunos de los perjuicios que tiene la exposición excesiva de la piel a las radiaciones solares. Tanto si estamos en la playa, paseando por el campo, practicando el deporte que más nos guste, como si estamos trabajando al Sol durante mucho tiempo. De igual manera, no importa si es verano o invierno, las radiaciones solares inciden en la piel y, si no nos preocupamos de protegerla con un fotoprotector y sabiendo bien cómo usarlo, los daños pueden ser muy graves.

En un post anterior hablamos de los efectos invisibles que tiene el Sol sobre nuestro cuerpo. El fotoenvejecimiento, los fallos en el sistema inmunológico, la oxidación y la modificación del ADN. Hoy queremos explicar por qué y qué consecuencias tiene un cambio en la información genética.

Sin entrar en términos demasiado técnicos, podemos decir que el material genético se encarga, entre otras cosas, de determinar cómo van a ser las proteínas que se fabriquen, es decir, para qué van a servir y cuándo deben ponerse en funcionamiento. Los rayos UV, al penetrar en la piel, dañan el material genético provocando que algunas de las proteínas que se crean sean defectuosas. Es decir que fabriquen células con sus funciones equivocadas.

Las modificaciones en el ADN provocan la alteración en las células, las cuales se multiplican creando células defectuosas, que a su vez generan enfermedades en la piel que pueden llegar hasta el cáncer. Una exposición al Sol controlada y moderada permite disfrutar completamente de la Vida al Sol sin necesidad de correr ningún riesgo. Para ello es fundamental seguir las recomendaciones de los dermatólogos y hacer un uso correcto de los fotoprotectores, no sólo usando aquel que le vaya bien a nuestra piel sino que, además, deberemos seguir las recomendaciones de uso en cuanto a cantidad y repetición de las aplicaciones.

La tecnología Fernblock con la que Heliocare fabrica sus productos previene las enfermedades de la piel y, en el caso concreto de las alteraciones genéticas, permite la reparación de las células para incrementar la protección natural del organismo frente a amenazas externas.

En cualquier estación del año, los rayos UVA llegan a la piel pudiendo causar daños en ella. Las necesidades de protección serán diferentes según la época del año, según la piel de cada persona y según el estilo de vida de cada uno de nosotros. Sin embargo, no protegerse adecuadamente supone demasiado riesgo para la piel.